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Hotel rural y centro de eventos Puertollano

Este concurso propone la construcción de un hotel rural y centro de eventos en Puertollano. La singularidad de este concurso de arquitectura radica en la demanda específica por parte del cliente, que clara y firmemente apuesta por la construcción de un palacete, con referencias al s.XVI, de nueva planta en plena naturaleza manchega.

El concurso ha supuesto un reto a nivel conceptual para los estudios de arquitectura participantes. Cada uno de ellos ha jugado con diferentes reinterpretaciones de la arquitectura tradicional.

En unos casos ha prevalecido la imagen más arquetípica del palacio, como en el caso de  “El latido del tiempo”, que incorpora torreones y almenas en la fachada o en el de “El palacio de Tirteafuera”, con aires de palacete o villa clásica. En otro extremo, “El palacio del aire”,  ha llevado al límite la dualidad entre la arquitectura moderna y la reinterpretación de la arquitectura clásica dando como resultado una bellísima imagen de un palacio que al mismo tiempo es y no es. Éste último proyecto, es el ejemplo idóneo de cómo la arquitectura contemporánea adapta a nuestros tiempos un lenguaje  ya pasado.

Las propuestas

El Palacio del Aire

¿Cómo se construye un palacete en nuestros días? El Palacio del Aire es capaz de asombrarnos con un ejercicio de reinterpretación de los palacios tradicionales aportándole un enfoque totalmente contemporáneo.

El Palacio de Tirteafura

Este palacete de porte clásico hace su gran apuesta ofreciendo al visitante numerosos espacios exteriores que han sido diseñados con minuciosidad. Aprovechando sus maravillosas vistas, consigue transmitir la sensación de “estar” en medio de la naturaleza.

El latido del tiempo

En él se explora el concepto de monumentalidad rescatando elementos propios de los palacetes tradicionales como son las almenas, torreones o la simetría. Un proyecto que busca unir elementos históricos con nuevos aires de modernidad.

Propuesta ganadora

El Palacio de Tirteafuera

El palacio por el que finalmente se decidieron los clientes, se estructura en base a tres elementos principales: el cuerpo central, las suites y los jardines. En este proyecto se encuentra presente en todo momento la integración y la continuidad de todos los espacios, tanto interiores como exteriores.

Una gran plaza a modo de antesala, resuelve el acceso principal al cuerpo central donde se aglutinan los espacios propios del alojamiento y el funcionamiento del hotel. Una vez llegado al patio central privado, una secuencia de zonas exteriores ajardinadas acompaña al visitante hasta alcanzar la zona más representativa en la que se pueden realizar múltiples eventos en simultaneidad. Por último, las suites se integran en el jardín contando con acceso privado independiente y apropiándose de las mejores visuales del valle.

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