Esta vivienda es un robusto y refinado desde el cual se puede apreciar la delicada línea de costa. Consiste en un volumen claro de madera envuelto en una “piel” exterior de madera oscura. La casa está orientada a lo largo de los límites del lugar y cuenta con unas escaleras de hormigón que vinculan la terraza superior con la parte más baja donde el césped recubre todo el terreno natural, lo que ayuda a minimizar el impacto en la topografía del lugar. Los muebles de hormigón también quedan integrados en el lugar aumentando el uso de la terraza inferior como si de una extensión del espacio interior se tratase. En ambas plantas, los aseos y el servicio habitaciones quedan situadas a lo largo de la parte norte de la casa, mientras que las zonas de estar se abren al sur hacía las vistas al mar. Con la honestidad de los materiales y la integridad de la construcción en su entorno, el diseño logra maravillosamente la integración de una casa y un paisaje demostrando que el enfoque de un marcado diseño puede combinar perfectamente con la realización de un hogar confortable y digno.
Fotografías: Michael Perlmutter