La casa se encuentra situada en la cima de una colina, en las islas Cícladas. Esta ubicación generó dos retos para el diseño. Por un lado se tenia que proteger las zonas habitadas exteriores de los fuertes vientos del Mar Egeo y por otro, queríamos ocultar el volumen de la casa de las vistas de la población que se encuentra a los pies de la colina. De este modo, el diseño fue concebido como un cráter habitable, una vivienda, que está estrechamente ligada al paisaje que se forma. El concepto de cráter era ideal para hacer frente a ambos desafíos. Las áreas exteriores principales de la casa fueron excavadas en el paisaje formando la “caldera” del cráter, una zona hundida que está protegida de toda acción de los vientos. El cráter es profanado por una piscina de 25 metros la cual se adentra en su interior marcando el limite occidental, en eje con una pequeña isla rocosa al norte y abriendo vistas a la puesta de sol. Así, mientras que el habitante está nadando, experimenta una profunda unión visual entre el agua de la piscina y del mar, justo en ese momento en el que asciende para respirar.
Fotografias: Kyle Gudsell
